Estamos en vendimia, una vendimia muy especial…

Estos días, nuestros viñedos y nuestra bodega, situados en la región vinícola del Campo de Calatrava, se transforman por completo.

Como cada año, todos trabajamos en equipo como una gran familia, con esfuerzo, con orden, con cariño, con ilusión, mientras los volcanes nos observan…

Pero este año la vendimia va a ser una vendimia muy, muy especial. La vendimia del año en que celebramos el 125 aniversario de la bodega.

Así que, hemos pensado que es una buena ocasión para hablarte de la vendimia y de cómo ha ido cambiando y evolucionando a través de los años.

La fiesta de la vendimia

Bodegas Naranjo es la bodega más antigüa del Campo de Calatrava.

Y desde nuestra primera vendimia allá por el año 1898, la forma en la que realizamos la vendimia e iniciamos la elaboración de los vinos en la bodega ha cambiado mucho gracias a los avances tecnológicos que hemos ido incorporando.

Lógicamente la vendimia ha sufrido una evolución muy grande…, hasta el punto de que sería inimaginable para el tatarabuelo Gaspar que las uvas las cogiera una máquina.

En aquellos años todas las cepas eran en vaso y la recolección manual.

Cuadrillas de vendimiadores, vendimiadoras y una prole de chiquillos todos montados en un carro arrastrado por mulas, en su mayoría, se trasladaban a las distintas parcelas. Por parejas y dos liños cada una, cortaban los racimos echándolos a un capacho de esparto, que al llenarse se colocaban en el carro y se llevaban a la bodega.

¡Piensa en lo que tardaba el carro en volver!, pues ese tiempo era el momento de cánticos, bailes y elaboración de guisos sobre sarmientos en la hoguera.

Una vez regresaba el carro vacío, se volvía a cargar y sobre esas capachas repletas de uvas, volvía la cuadrilla al pueblo.

En fin, una fiesta como así se ha contado en tantos relatos que se han escrito en la historia.

La revolución tecnológica llega a la vendimia

Conforme la mecanización iba avanzando, la vendimia iba cambiando el sistema: más producción, más cuadrillas (incluso de temporeros de otras zonas y países), mayor control en tiempo y gasto…, ya no era tanta fiesta.

Y ya, en las últimas décadas, se imponen las plantaciones en espaldera dando lugar a la vendimia con máquina.

En la bodega ha ocurrido lo mismo desde la moledora y prensa manual o por tracción animal y con Dios como enólogo, ya que el vino salía “como Dios quería…”

La bodega se fue mecanizando con la llegada de la electricidad.

En cuestión de calidad, lo primero que se estableció fue un departamento de control que desde nuestro laboratorio se lleva con la máxima atención sobre todo desde el envero de las uvas hasta la maduración. Además de controlar durante el año los tratamientos que la viña necesita.

Lo que no ha cambiado nada en todos estos años es la magia e ilusión con la que vivimos la vendimia, como si cada año fuera la primera vez…

Cómo vivimos la vendimia hoy en día en Bodegas Naranjo

Todos los años en el mes de agosto comenzamos una nueva vendimia.

Las jornadas de vendimia son largas e intensas, tanto en el campo como en la bodega.

En la bodega se preparan los jaraíces los días previos a la cosecha, reparando posibles averías del año anterior y limpiando y desinfectando exhaustivamente toda la maquinaria y conductos por donde pasarán las uvas y el mosto.

A mediados de agosto se vendimian las variedades más tempranas, como Sauvignon blanc y moscatel, siguiendo con las variedades tintas y terminando con la variedad blanca Airen.

Todas las variedades de uva son elaboradas por separado, diferenciando variedad y edades de las viñas.

Las viñas viejas con más de 20 años suelen ser las primeras en madurar, pues tienen menos kilos y el proceso es más corto dando uvas de mejor calidad ya que aparte de tener menos producción, sus raíces absorben más riqueza.

El método de elaboración consiste en descargar el remolque en la tolva de recepción y pasar la uva a la moledora despalilladora donde separamos las uvas del raspón o racimo.

Así fermentamos y maceramos los vinos tintos

La uva pasa por unos rodillos de caucho y la bomba de vendimia lleva toda la pasta (en tintos) a los distintos depósitos donde iniciará el proceso de fermentación y maceración.

Todos los depósitos cuentan con bombas de remontado para coger mosto de la parte de abajo y subirlo regando el sombrero de uva que está flotando por el efecto de la fermentación y así, extraer el color que está en la cascara de las uvas.

Además, disponen de camisas de refrigeración por donde circula agua fría y así controlar la temperatura de fermentación que por naturaleza suele ser alta, no dejando que suba de 24º en tintos.

Una vez terminado el proceso, que suele durar unos 6 o 7 días, sacamos el vino ya fermentado. Los depósitos tienen el fondo cónico para extraer los hollejos una vez termina la fermentación.

Así elaboramos los vinos blancos

Para las variedades blancas el proceso de molturación es el mismo pero la uva una vez molida pasa directamente a la prensa neumática ya que no necesita maceración.

El funcionamiento es apretar la uva por medio de una lona que se infla y deja salir el mosto por unos canales de drenaje. La calidad del mosto la diferenciamos por tiempo y presión. A menos tiempo y menor presión, mejor calidad. Más tiempo y presión, mosto de segunda.

El mosto pasa a los depósitos de fermentación una vez limpio. Para ello tenemos un sistema de flotación donde separamos las lías gruesas del mosto, fermentándolo lo más limpio posible para evitar el aporte de malos sabores que puedan desprender esas lías.

La fermentación es controlada desde el inicio añadiendo levaduras seleccionadas, pues la uva contiene levaduras buenas y malas y las aportadas se apoderan de las malas; y controlando la temperatura a unos 16º para evitar evaporaciones de alcohol y aromas.

Una vez terminada la fermentación donde el mosto ya es vino, todo lo que viene después son procesos de limpieza a través de diferentes filtros.

Así sentimos la vendimia…

Es difícil explicar lo que sentimos estos días de vendimia.

A pesar del cansancio y la tensión lógica, estos días se genera en la bodega un ambiente especial, casi mágico.

Resulta muy emocionante recoger los frutos del esfuerzo de todo un año.

Pero además. es muy bonito ver a toda la gran familia de Bodegas Naranjo trabajando juntos en armonía, ilusionados por conseguir un mismo objetivo, iniciar la elaboración de los vinos de una nueva añada…

¡Los vinos de la añada 2023!, coincidiendo con el 125 aniversario de la bodega.

¿No estás deseando probar los vinos? Nosotros ya estamos contando los días que faltan… 😉

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